El establecimiento de General Rodríguez, gran productor de caballos y cada vez más exitoso en lo deportivo, conquistó por tercera vez el Campeonato Nacional; Matías, de 18 años, fue la figura
Para disfrutar a lo grande hay que saber sufrir. Ése es un legado bien transmitido de generación en generación entre los Mac Donough y por ello disfrutaron que La Irenita se quedara una vez más con la Copa Republica Argentina, el tradicional y más importante trofeo que se disputa en esta etapa del año en la Argentina.
El equipo integrado por Mateo Sánchez Herrero, Tomás Delfino, Federico Panzillo y Matías Mac Donough (h.) era el de menor valorización, con 11 goles, en la rueda final del Campeonato Nacional Intercircuitos, jugada en Buenos Aires. Eso implicaba empezar los partidos disfrutando de ventaja pero luego ir viendo que esa diferencia se reducía en el tanteador, a medida que llegaban los tantos de los adversarios. Un desafío psíquico.
Con siete goles de luz inicial esta vez, afrontó la final en Palermo contra La Chavita, integrado por Joaquín Pittaluga, de frecuente presencia en la Triple Corona, y Gastón Bardengo, Franco Veronesi e Ignacio Acuña. Pasó lo esperable: la diferencia fue acortándose rápidamente. De hecho, La Irenita marcó su primer gol recién en el tercer chukker, y ya en el cuarto el partido estaba equilibrado, 9-9. Pero de a poco el equipo de jóvenes, que descansó en los palenques más cercanos al tablero de la cancha 2, se plantó mejor. E hizo más: conservó la paridad (11-11 y 13-13) y luego ganó espectacularmente, con un gol de oro de “Vizcacha” Mac Donough, el mejor jugador de la final, en un período suplementario.
La euforia se hizo sentir en el puñado de familiares y amigos que alentaron desde un costado de la tribuna principal. No era como para menos. Después de 20 años, La Irenita volvía a conquistar con 100% de protagonismo la Copa Republica Argentina. En 2002 lo hizo conformado por Pablo Mac Donough, Ignacio Heguy, Juan José Brané y Carlos Reyes Terrabusi. Y en 2017 compartió con otro club, San Francisco de Asís, la victoria en la que fue fundamental Matías Mac Donough, el papá de este chico.
“Es muy importante haber ganado esta copa, que mi familia había ganado dos veces y que La Irenita disputa siempre. Mi viejo me dijo que me equivocara todo lo que necesitara y que le diera para adelante”, comentó Matías Mac Donough (h.), que con 18 años ya sabe lo que es ganar un campeonato en La Catedral. De tan contento, se animó a señalar al logro como un vaticinio, un poco en chiste, de que La Irenita hará historia en La Catedral también a fin de año, en el Argentino Abierto, con el regreso de su tío Pablo, multicampeón en La Dolfina y que tuvo una temporada de transición en RS Murus Sanctus. “¡Era hora de que volviera ese HDP!”, bromeó Vizcacha. “Creo que es una buena señal que La Irenita haya comenzado el año ganando acá, si bien no sé qué puede llegar a pasar en el Abierto”, sostuvo el adolescente.
Su padre, hermano de Pablo, fue el director técnico esta vez. Y emocionado contó que les había propuesto incluir algún jugador experimentado en la formación, pero los chicos desistieron porque querían jugar los cuatro juntos. “Lo festejo igual o más que jugando, porque desde afuera se sufre mucho. Es increíble esto, con los chicos jugando con caballos nuestros. Es un torneo muy importante para nosotros”, dijo quien no olvidó mencionar a su padre, el recordado Jorge Mac Donough: “Se lo dedicamos a mi viejo, que murió hace cuatro años, durante una Copa Republica. Él siempre le tuvo respeto y gran admiración a este torneo”.
Varias generaciones de Mac Donough representadas por un mismo nombre. Y enalteciéndose mutuamente con el certamen más federal del polo.