Buenos Aires, 13 de julio de 2022. El histórico y tradicional local de tango Michelángelo, tras un cierre de más de diez años, volvió a reabrir con una función con invitados de la talla de Susana Rinaldi, Osvaldo Piro, Amelita Baltar y María Garay, entre otros, en su local de Balcarce 433 del barrio porteño de San Telmo en esta ciudad.
La mítica «catedral del tango», la casa de espectáculo más emblemática de Argentina, abrió sus puertas después de más de diez años de estar cerrada, con la presencia de artistas, políticos y comunicadores, en su histórico edificio del barrio porteño de San Telmo.
Después de años de restauración y puesta a punto de la antigua edificación, con un patrimonio arquitectónico y cultural único, abrió las puertas brindando su propio espectáculo de tango, que contó con la presencia de Silvio Soldán, Baltar, Rinaldi, Néstor Fabián y María Garay, entre otras figuras del espectáculo.
Luego del cocktail de inauguración, que tuvo como anfitrión a Luis Machi (Dueño de Michelangelo) y a sus hijos Alan y Luciano, se realizó el show que se repetirá todas las noches y que cuenta con más de 30 artistas en escena y que es acompañado de una gastronomía a puertas abiertas para los visitantes.
Además, Michelángelo, cuenta con una sala de teatro donde los artistas nacionales e internacionales podrán dar sus funciones, se sumarán un bar speakeasy con buena coctelería, y cinco salones para probar las mejores carnes argentinas.
El espectáculo de Michelangelo se realizará todas las noches de 21.30 a 23.00 con un Show de tango & Folclore: El sexteto dirigido por Nicolás Ledesma con la participación de Horacio Romo y Pablo Agri, con músicos integrantes de las orquestas de Leopoldo Federico y del Sexteto Mayor, con actuaciones de Fabián y de María Pisoni en la voz.
También habrá un homenaje a Mariano Mores a cargo de Mateo Crespi quien interpreta en guitarra temas populares reconocidos mundialmente, acompañado por parejas de tango que completan el elenco.
El edificio de Balcarce 433, del barrio de San Telmo, está emplazado en una construcción histórica de Buenos Aires, sobre el terreno que desde 1606 ocupó la orden de Santo Domingo, cuyo convento se ubica en la misma manzana. Su antigüedad, su arquitectura, y la historia que encierra lo hace hoy un lugar único en toda la ciudad.
Asimismo, conserva las características de los edificios anteriores a la primera mitad del siglo XIX, fue remodelado en 1752 para convertirlo en depósito de mercadería y, en 1850, el arquitecto inglés Edward Taylor construye el edificio que se convertiría posteriormente en depósito aduanero. Por excavaciones realizadas en sus sótanos se pudieron reconstruir costumbres de la sociedad colonial.
Al recorrer la cava histórica de Michelangelo se puede observar que fue construido en la época de la colonia y por el local desfilaron, españoles, criollos, inmigrantes, cantantes y bailarines de fama mundial como Astor Piazzolla, Juan D´Arienzo, Mariano Mores, Horacio Salgán, Osvaldo Pugliese, Sandro, María Graña, Tita Merello, Alfredo De Angelis, Raúl Lavié, Violeta Rivas, Roberto Goyeneche, y folcloristas de la talla de Ariel Ramírez y Jaime Torres, entre otros.
Las excavaciones dejaron al descubierto parte de los arcos más antiguos, sobre los que descansa la construcción, y en los que se aprecia la solidez del edificio y las técnicas empleadas. Otro aspecto inédito de la ciudad de aquellas épocas es la construcción sobre las barrancas que descienden hacia el río que pertenecía a la corona en sus inicios.
De ahí, la diferencia de altura entre la actual entrada principal sobre Balcarce y la calle 5 de Julio, donde se reconocen los desniveles.
Y es interesante para el visitante recorrer los sótanos, siguiendo la traza de los túneles excavados bajo los cimientos, y asomarse a una abertura profunda que aún recibe las aguas del río, y que es posible que esté conectada con aquella Buenos Aires subterránea en la que tanto tuvieron que ver políticos, puerto y jesuitas.
Algunos historiadores creen que esos túneles servían para escapar del asedio de indios y piratas. En 1807 donde todavía se unía Michelangelo con el convento de Santo Domingo y bajo lo que hoy es el Pasaje 5 de julio, que en ese entonces era la huerta del Convento fueron enterrados soldados británicos y argentinos al término de la segunda invasión inglesa.
La huerta fue expropiada en 1822 tras la reforma eclesiástica de Bernardino Rivadavia, entonces ministro de Gobierno de Martín Rodríguez. Por allí levantaron un pasaje, que primero se llamó Sarandí y luego fue rebautizado con la fecha en que se frenó la avanzada inglesa.
Aunque muchos creen que los cuerpos todavía siguen allí, los restos fueron removidos y trasladados a varios cementerios durante la construcción del pasaje, que dividió al convento en dos. En 1971, el lugar fue remodelado y convertido en salón de espectáculos.
Durante las excavaciones encontraron vajillas, monedas, frascos de remedios, botellas y utensilios de aquella época de Buenos Aires y hoy Michelangelo reabre sus puertas para brindar su espectáculo y sus bondades gastronómicas al público local y visitantes extranjeros.